Persépolis, fue la capital del Imperio persa durante las épocas de la Dinastía Aqueménide, y en la actualidad se pueden ver sus ruinas a unos setenta kilómetros hacia el nororiente de la ciudad moderna de Shiraz, en la provincia de Fars, en lo que en la actualidad se conoce como Irán. Muchos turistas llegan allí para conocer un poco más sobre la cultura que se vivió allí y sobre las construcciones que aún permanecen.

Una vez toda esta ciudad fue reconocida como la que tenía más riquezas en todo el mundo, considerando que era la capital del Imperio Persa, que era el que tenía más poder en este tiempo. Esta población se estableció en el año 519 a.C, siendo la más maravillosa de las cuatro de esta dinastía, y en la cual se encontraban diferentes tipos de edificaciones para ayudar a los reyes a administrar todo el imperio.

Persépolis se extiende por un área de 125.000 metros cuadrados y se caracteriza por sus inscripciones y tallados extraordinarios, por su arquitectura única y por sus columnas altas de madera que están hechas de cedros libaneses y otros árboles traídos de la India. Se recomienda ir a ver los relieves que aún quedan del palacio principal que allí existía y en donde se pueden ver los hombres de la nobleza charlando mientras otros llevan flores hermosas y objetos redondos en forma de manzanas.

También se recomienda visitar el salón del Trono, que está justo al lado del Palacio principal, que es la segunda edificación en tamaño de todo este complejo. Este lugar también es conocido como el Salón del Honor del Ejército Imperial y tiene ocho puertas de piedra que están decoradas de sur a norte con relieves de escenas del trono y de oriente a occidente con escenas que muestran al rey combatiendo contra monstruos.

Fotografías de GerardM, Hansueli Krapf, Conversion script.