En muchas ciudades europeas, las estaciones de tren no sólo son un sitio obligado para poder moverse entre ciudades, sino que tienen un encanto y una belleza en la que también debes fijarte. En este post te voy a hablar sobre la Estación Central de Zúrich o Zürich Hauptbahnhof, en el norte de Suiza, que es la más grande de todo el país y una de las más antiguas, valiendo la pena una visita a ella.
Esta estación la puedes ir a visitar en el casco antiguo o Altstadt de Zúrich, junto a la confluencia de los ríos Sihl y Limmat, y de hecho el primero de ellos pasa por debajo de ella a través de un túnel que está entre las líneas. La edificación que puedes ver en la actualidad fue construida en la segunda mitad del siglo diecinueve, en 1871, reemplazando otra que estaba allí desde principios del mismo siglo.
A la entrada de la estación central de Zúrich puedes ver un arco del triunfo, que está un poco apartada de la fachada de la edificación como tal y que tiene en frente un monumento dedicado al pionero del transporte férreo Alfred Escher. Pasando este arco te encuentras con un edificio de estilo neo renacentista diseñado por el arquitecto Jakob Friedrich Wanner.
A esta construcción de piedra arenisca no sólo llegan y salen servicios de diversos sitios de Suiza, sino que también de varios países europeos como Italia, Francia, Alemania y Austria. Diariamente por ella pasan alrededor de 2.915 trenes, siendo una de las más movidas de todo el mundo, además de que desde allí también se consigue transporte para moverse por la ciudad.
El interior de la estación es uno de los espacios cubiertos más grandes de Europa y en él se hacen diversas actividades durante el año como mercado de las pulgas, de Navidad, que es uno de los más populares de la ciudad; y de frutas y vegetales, además de voleibol de playa y patinaje. Y en la parte subterránea encuentras un centro comercial con más de doscientas tiendas, restaurantes y supermercados, que están abiertos durante todo el año.
Fotografías de Roland zh, Pierangelo66, Manfred Morgner, Toni.
Alberto julio 13, 2014 a las 9:43 am
En Zurich, mejor no comprar nada. Lo digo por sus precios.
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