Con dos milenios de antigüedad resulta casi pasmoso que por este pueblecito sueco apenas pasen los turistas. Auténtico y típico hasta el tópico, Nyköping resulta ser la villa más vieja de Suecia y, aunque no llega a distanciarse más de 10 kilómetros del Aeropuerto de Estocolmo-Skavsta, el tercer aeródromo de Suecia, los viajeros no suelen detenerse para echar una ojeada a sus peculiares calles.

Con apenas 50.000 habitantes, el pequeño pueblo de Nyköping ocupa bastantes referentes históricos en el devenir de Suecia. Pasajes como el del Duque Karl, que más tarde llegó a convertirse en el rey Karl IX de Suecia y que sirve de tema a una de las fiestas más importantes de la localidad, la Feria Renacentista del Duque Karl, en la que se organiza todo un regreso al Renacimiento, con mercadillo ambientado en el 1500, elaboración de instrumentos de la época, comida típica, trajes de entonces… Para los curiosos, se celebra alrededor del 25 de agosto y puede resultar una experiencia entrañable y localista, ideal para acercanos a sus gentes y a su historia.

Las instantáneas que nos ofrece Nyköping resultan realmente hermosas, desde la belleza de sus floridos campos primaverales, al exuberante verde de sus bosques. El invierno cubre de un tupido manto blanco todas las calles, los campos y los deliciosos edificios medievales de la zona, con estupendas estampas que fotografiar desde sus puentes.

Por cierto, no dejéis de visitar su famoso castillo. Elevado en el siglo XII, el Castillo de Nyköping se hizo famoso por el Banquete de Navidad del año 1317. Lo que debía servir de excusa para reconciliar a los suecos tras una cruenta guerra civil, sirvió de trampa al rey Birger de Suecia, quien se sirvió de esta artimaña para capturar a sus dos hermanos, que fueron encarcelados en el Castillo, donde los dejó morir de hambre.

Fotografías de Facebook/Nyköping.
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