Se considera turismo espacial a cualquier viaje fuera de la atmósfera, o sea más de 100 kilómetros de la superficie terrestre.
En 1991 Denis Tito se convirtió en el primer turista espacial tras pagar la “simbólica cantidad” de 20 millones de dólares, acto que fue visto como una excentricidad en un momento que la guerra fría consumía lo que restaba de la Unión Soviética. Estuvo cerca de 20 días en el espacio, y aunque volvió emocionado lo bajaron como trapo viejo, porque no podía ni caminar, jeje.

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Un amanecer en el espacio

A muchos nos suena como algo descabellado, este acto impulsó que la Fundación X Price (ahora partner de Google) ofreciera 10 millones de dólares a la empresa que fuera capaz de diseñar una nave con capacidad de llevar a tres personas a más de 100 kilómetros de la superficie terrestre, al menos dos veces cada 15 días.  Este premio fue ganado por Mojave Aerospace Ventures, bajo la dirección del ingeniero aeronáutico Burt Rutan y del cofundador de Microsoft, Paul Allen.
Por ilusorio que parezca, Virgin Gallactic es una operadora que ofrece ese tipo de tours, quizá no suene tan rentable en cantidad de clientes, pero apuesto que por uno que se apunte hacen la renta anual. La pregunta de nuestro encabezado sigue vigente,

¿es esto un avance en la era espacial, una nueva alternativa al turismo o un capricho para los que no tienen en que gastar la plata?