Chozos o chozas, es uno de los más primitivos tipos de construcción que, con un carácter de no perdurabilidad, se elevaba momentáneamente por muy diversos motivos, desde pasar un tiempo resguardándose de las inclemencias del tiempo, hasta refugiarse de la maldición de los dioses durante la menstruación.

El hombre ha ideado múltiples funciones para esta edificación típica que podemos encontrar en los cinco continentes. Los chozos, realizados de los más variados materiales, en función de lo que se tuviese a mano, encuentran en la madera y la paja, no obstante, sus dos principales componentes.

En muchos casos, este tipo de construcción continúa sirviendo de vivienda para los seres humanos, así como refugio para el rebaño. Es el caso de diversos lugares de África, Sudamérica y Asia.

En Europa, sin embargo, los chozos se han destinado fundamentalmente al almacenaje de utensilios y aperos propios de las labores agrícolas y ganaderas y, con el paso del tiempo, se fue sustituyendo el uso de la madera por el adobe y la piedra, en un intento por dotar de más solidez y una vida menos efímera a la cabañita.

En España aún se usan en el campo, con regiones donde forman parte del paisaje habitual. Es el caso de los chozos de los campos extremeños o de las dehesas castellanas. El tipismo de estas construcciones atrae a un turista amante de la fotografía, que encuentra en esta edificación un buen motivo para una apreciada instantánea.

Fotografías de Gonmi, jacilluch, sylvielena, Tomás Barrios, Pratheepps y Rastrojo (D•ES).
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