La historia del Castillo de Josselin se remonta al siglo XI, cuando en este emplazamiento estratégico a orillas del río Oust, en la Bretaña francesa, se construyó una capilla que terminaría por convertirse en una fortaleza inexpugnable.

En 1370 Olivier de Clisson dotó al castillo de una muralla sin igual, punteada por nueve torres almenadas, de las cuales cuatro aún quedan en pie. También construyó los correspondientes calabozos y transformó el interior en vivienda. Tras sufrir desmantelaciones, abandonos y ‘adaptaciones’ al estilo gótico-flamígero, en el siglo XIX la familia Rohan comenzó la última restauración de la antigua fortaleza, dejando el proyecto en manos deViollet-le-Duc, que le devolvió su estilo medieval.

En la actualidad se puede visitar tanto el patio como algunas de las habitaciones de la planta baja, en donde se exponen muebles de época (entre ellos la mesa que se utilizó para la firma del Edicto de Nantes), retratos familiares, regalos de reyes y una estatua ecuestre de Olivier V de Clisson esculpida por Emmanuel Frémiet.

Frente a la fachada principal se abre una explanada con jardines de estilo francés. Más allá, éstos se asilvestran y crean un delicado jardín inglés con hermoso rincones y rosaledas con cuarenta especies antiguas distintas, distribuidas en parterres y enredaderas. En los establos del Castillo de Josselin nos encontramos con un Museo de muñecas, en el que están expuestas 600 muñecas, accesorios y miniaturas fabricadas en Francia, entre los siglos XVI y XX.

Fotografías de mat’s eye, KaTeznik, Self-photographed, Robbo-Man.
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