La capital de Portugal, Lisboa, tiene muchos lugares que son históricos y otros que son modernos, pero hablan de la larga historia de este país. Uno de los sitios que son más reconocidos y que hablan de otros tiempos es el Monumento de los Descubrimientos o Padrão dos Descobrimentos, que está en las orillas norte del río Tajo y que es sorprendente.

El monumento original fue construido en el año de 1940 para la Exhibición Mundial que se llevó a cabo en la ciudad en el año de 1940 y que fue pensado como un homenaje a Enrique el Navegante, quien fue una de las figuras más importantes durante la llamada Era de los Descubrimientos, que llevó a los portugueses a diversos lugares del planeta durante el siglo decimoquinto.

Sin embargo, años después el Monumento de los Descubrimientos original fue demolido, pero el que se puede ver en la actualidad es una réplica exacta de ese. El nuevo fue hecho en el año de 1960 para conmemorar el aniversario número 500 de la muerte de Enrique el Navegante y tiene 52 metros de alto, con la forma de una proa y alzándose maravillosamente sobre el Club Náutico Local.

Desde este punto salió Vasco da Gama en su viaje hacia India y allí se detuvo Cristóbal Colón en su camino de vuelta después de haber descubierto América. Este monumento tiene más de treinta estatuas de personajes que tuvieron un papel importante en los descubrimientos, teniendo como personaje principal a Enrique el Navegante, seguido por otros exploradores, misioneros, escritores y hasta matemáticos.

En el suelo en frente de este monumento, se puede ver una Rosa de los Vientos gigante que está hecha de mármol y que tiene en el centro un mapa de las exploraciones portuguesas y algunas de las fechas más importantes relacionadas con los descubrimientos. Los visitantes pueden entrar al monumento para ver el museo, así como para ir a su plataforma de observación en la séptima planta y desde la que se pueden tener excelentes vistas de los alrededores.

Fotografías de Nol Aders, Georges Jansoone, Bernt Rostad.