Taboga

Frente a la costa del Pacífico de Panamá City nos encontramos con una isla absolutamente paradisíaca. Estamos en Taboga, un nombre que deriva del vocablo indígena ‘taboga’ -abundantes peces- y en la que se ubica la segunda iglesia más antigua del hemisferio. En un principio fue rebautizada por los conquistadores como San Pedro, precisamente el nombre que ostenta la ermita.

Desde el siglo XVI Taboga tuvo presencia europea y, desde entonces, continúa fascinando por la belleza y exuberancia de su naturaleza tropical. El paraíso se toca con las manos en sus playas ideales. La más famosa se encuentra a tan solo unos metros del muelle y deja buena impronta, gracias a esas lenguas de arena dorada.

Taboga

Por cierto, cuando baja la marea, queda al descubierto un sendero de fina arena que comunica a Taboga con otro islote, El Morro de Taboga. Hasta allí se puede ir en barquitos o caminando, si la marea lo permite y es costumbre alquilar hamacas y pasar el día disfrutando del mar, el sol y la playa. Es posible disfrutar de algunos refrescos y snacks en un kioskito, que contribuye a hacer que la estancia sea aún más idílica.

Taboga es conocida con el sobrenombre de la ‘Isla de las Flores’ y es el destino propicio para pasar unos días relajados, disfrutando de una magnífica gastronomía marinera, sobre todo gracias a la calidad de sus mariscos. Acercarse a este paraíso panameño es fácil a bordo del servicio de ferrys que unen la Isla de las Flores con Panamá City.

Fotografías de DoctorWho, candyschwartz.
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