El carbonato de calcio es, una vez más, el elemento capaz de ‘elaborar’ estas maravillas de la naturaleza que hoy encontramos en Oaxaca, concretamente en el pueblecito mexicano de San Lorenzo de Albarradas, a unos 50 kilómetros de la capital oaxaqueña. Aquí encontramos Hierve el Agua, un sistema de pozas cargado de belleza y singularidad.

El devenir del agua hace que el líquido rebose y se precipite por las laderas, formando auténticas cascadas de calcita, de un extraño aspecto, casi como de otro planeta. Ver las cascadas de calcita de Hierve el Agua y disfrutar de las aguas termales, a una temperatura casi perpetua en torno a los 25 grados centígrados, es todo un acontecimiento.

Hierve el Agua

Algunos de esos impresionantes saltos de agua llegan a pasar de los 30 metros de altura y, gracias al éxito turístico de la zona, el manantial del que nace el agua que ‘calcifica’ las cascadas, ha sido transformado en balneario para tratamientos termales.

La visita a las pozas de Hierve el Agua debería complementarse con una escapada al cercano yacimiento arqueológico de Mitla, con dos milenios y medio de antigüedad, obra del pueblo zapoteco.

Fotografías de Carlos Adampol, schizoform, RussBowling.
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