Profusión de cráteres maar

Hoy vamos a dedicar el post a una de las Reservas de la Biosfera más importantes del planeta y que, sin embargo, ofrece uno de los ecosistemas más frágiles. Tenemos que marcharnos para ello hasta México, al estado de Sonora. Allí se encuentra uno de los paisajes “lunares” más espectaculares de la tierra y el que mejor puede contemplarse desde el espacio, no hay más que entrar en la página web de la NASA y las fotos que muestran resultan realmente espectaculares.

El aspecto árido, pedregoso, marcado por las evoluciones de lavas de otros tiempos podría llevarnos a equívoco y hacernos creer que es un lugar sin vida. Nada más lejos de la realidad. La zona de El Pinacate y Gran Desierto de Altar encierra en su espacio el ecosistema necesario para albergar a más de 1000 especies animales y vegetales.

Mina abandonada

Desgraciadamente algunos de estos animales, de carácter endémico, se encuentran en peligro de extinción. Es el caso de la tortuga del desierto, el muflón de las montañas, el berrendo de sonora y el venenoso lagarto “monstruo de Gila”. No obstante, las autoridades intentan salvar el hábitat de estas especies y salvaguardar la pervivencia de los importantes cráteres maar (la mayor concentración en el mundo), los conos de ceniza o los derrames de lava, productos todos ellos de una actividad volcánica con dos millones de años de antigüedad.

Más de 7.000 kilómetros cuadrado de extensión, de los que más de 5.000 forman el emplazamiento del campo de dunas móviles, como un océano de arenas en constante actividad.