Hablando de la ‘Ciudad de los Canales’ resulta obvio que una de sus edificaciones más típicas, al margen de sus inmensos y artísticos palacios, son los puentes. Sin ellos, pasar de uno a otro lado de la ciudad, atravesar sus canales y perderse por sus recovecos resultaría prácticamente imposible.

El Adriático se mete, literalmente, por Venecia y convierte a la capital del Véneto en una especie de archipiélago singular, formado por más de un centenar de pequeños islotes. Para unirlas y formar un todo que se pueda recorrer a pie, es fundamental su arsenal de puentes.

Casi medio millar de pasarelas de infinitos estilos, de mayor o menor altura, con más o menos arcos, más históricos, más discretos, más antiguos, más modernos, más famosos, más útiles… Son los puentes de Venecia.

El de los Suspiros, el Rialto, de los Descalzos, el de Calatrava… Puentes del siglo XVI y modernos puentes recién inaugurados. Todo para salvar el curso de las aguas que circula por sus más de 150 canales que son surcados por góndolas y vaporettos, por lanchitas y barcas, mientras los viandantes mantienen secos sus pies.

Sin embargo, ni los puentes tienen qué hacer cuando el Acqua Alta llega a la hermosa ciudad italiana. Las inundaciones ofrecen una estampa singular de una Venecia anegada, con la crecida de ese agua que desborda los canales. Es otra estampa de Venecia, tan típica como la de sus puentes.

Fotografías de Rui Ornelas, ianloic, jastrow75, VeniceWiki, Thoma.L y Michel27.
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