La Laguna Azul, que es llamada originalmente Bláa lónið, es uno de los puntos turísticos más importantes de las costas suroccidentales de Islandia, siendo de hecho uno de los atractivos más visitados de todo el país. Este lugar es un manantial de aguas geotermales que hacen parte de una formación volcánica y que mantienen su temperatura incluso en los días más fríos del invierno.

Este lugar se encuentra en la población de pescadores de Grindavík, que está en la península de Reykjanes, que es está en el suroccidente del país, no muy lejos de la capital Reikiavik. Las aguas está a sólo alrededor de cinco kilómetros del centro de esta ciudad, por lo que es fácil llegar, además el transporte hasta allí es muy fácil considerando lo populares que son las visitas de los turistas.

En un campo de lava se encuentra la Laguna Azul, a unos trece kilómetros del aeropuerto internacional de Keflavík y a casi cuarenta de la capital. Estas aguas son ricas en óxido de silicio y sulfuro, por lo que tomar un baño en ellas no sólo es una experiencia relajante por su temperatura, sino que es beneficioso para personas que sufren de enfermedades cutáneas, como lo es la psoriasis.

Las aguas de esta laguna tienen durante todo el año una temperatura que va entre los 37 y los 39 grados centígrados, siendo cambiada cada dos días. Entre las actividades recomendadas allí están simplemente nadar en la laguna, recibir un tratamiento de barro de óxido de silicio en todo el cuerpo, recorrer las cuevas para probar las diversas temperaturas y refrescarse con algunas cascadas que hay y simplemente disfrutar de la relajación que estas cálidas aguas ofrecen durante todo el año.

Fotografías de Nouhailler, Sarah_Ackerman, stoneflower, DoctorWho.