La Catedral de Canterbury es una de las estructuras cristianas más famosas y más antiguas de toda Inglaterra, estando ubicada en la ciudad del mismo nombre, en el condado de Kent, en el suroriente del país. Esta iglesia es realmente impresionante a la vista, por lo que es uno de los mayores atractivos arquitectónicos no sólo de esta región, sino de todo el país.

Esta iglesia fue fundada en el siglo séptimo, en el año de 602, por San Agustín, y hasta el día de hoy es la catedral del obispo de Canterbury, que es el líder mundial de la Comunión Anglicana. La arquitectura grandiosa de este sitio evidentemente refleja la importancia religiosa e histórica de esta ciudad, que la ha tenido en especial desde el martirio de Santo Tomás Becket, quien también es mártir de la Iglesia Católica.

Desde que se llega a la Catedral de Canterbury lo primero que impresiona es su exterior, que tiene un gran tamaño y una buena cantidad de detalles. Cuando se mira la edificación desde el sur se puede ver el cambio de estilos del románico al gótico; en el lado oriental se pueden ver arcadas y arcos redondos, mientras que en el occidente los arcos terminan en punta y se evidencia la nave gótica.

La entrada principal a este templo se hace por la parte sur, por su puerta gótica que fue construida en el siglo decimoquinto, entre los años de 1424 y 1425, y se llega a la nave que termina en el coro, que tiene un púlpito que fue hecho en 1455. En el interior también se recomienda ir a la Capilla de la Trinidad que tiene unos de los vitrales más espectaculares de toda la edificación y ver los arcos de la nave principal, los murales, el claustro, el patio interior, y detallar el resto de vitrales, que muestran varias escenas medievales.

Fotografías de Hans Musil, Luctor, Tony Hisgett, Mattana.