Artesano contruyendo un Dhow

Para los amantes de los paraísos exóticos, esos destinos de postal de sol y playa, arenas coralinas y aguas turquesa y muy especialmente para el turismo que se decide a viajar por África y países de Oriente Medio, el paseo en Dhow, incluso el crucero de varios días a bordo de una de estas embarcaciones se ha puesto muy de moda.

No obstante existen algunos detalles que el turista, sobre todo novato, debe conocer acerca de este medio de transporte que, si bien puede proporcionarnos excelentes momentos, hemos de contratar en las mejores condiciones, porque no siempre cumplen la normativa más elemental de seguridad.

Y es que el Dhow es, en realidad, simplemente el nombre de una embarcación muy asimilada a la cultura islámica y que, en algunos países conocemos bajo el nombre de falúa, faluka, veleros… y dentro de ellos, como en todos, los puede haber de cualquier tamaño y calado y con mayor o menor lujo.

Pescadores de Zanzíbar

Si bien nacieron con una peculiaridad, el tener un sólo mástil, poseer poco calado y una vela triangular, en la actualidad sólo los más humildes continúan respetando esas consignas de construcción que llegan hasta nuestros días desde el lejano siglo VII, aunque ahora la mayoría de ellos, por lo menos, cuenta con un motorcito actual.

No obstante, estas pequeñas embarcaciones, destinadas al transporte de mercancía y a la pesca básicamente y que son elaboradas de manera artesanal por los isleños, poco tienen que ver con las que han asimilado el mismo nombre y que ahora sirven para esos cruceros por lugares tan exóticos como Kenya, Zanzíbar, Filipinas, Birmania…

Hasta en Dubai son llamados Dhows los barcos que sirven como transportes público, tipo ferry. Eso sí, si va a estar por alguno de estos lugares, siempre puede contratar los servicios a través de empresas autorizadas y que cumplan con las normativas de seguridad.

Fotografías de David Berkowitz, whiteafrican, Nelson Ebelt, landhere.
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