La Abadía de Glastonbury solía ser un poderoso y rico monasterio en esta ciudad de Somerset, en Inglaterra. En la actualidad, sólo se encuentran sus ruinas y algunas partes de las edificaciones que estaban en sus alrededores, que datan de los alrededores de principios del siglo trece, siendo uno de los lugares dedicados a la cristiandad más antiguos de Gran Bretaña, y de los más visitados.

Durante las épocas de la Edad Media, este lugar fue un importante centro de peregrinación del Continente Europeo. Hasta allí llegaban muchas personas de todas partes para ver el lugar que se dice está sobre el sitio donde José de Arimatea y el niño Jesús construyeron una iglesia, leyenda que ha sido muy famosa en la región durante todos estos siglos. También los peregrinos llegan allí para ver las reliquias que están dentro de la abadía, siendo julio la época preferida para muchos.

La mayoría de las visitas que se realizan a la Abadía de Glastonbury empiezan con un recorrido por el museo que está justo al lado de la entrada, donde se puede conocer un poco de la historia del lugar, así como modelos de la iglesia como era en sus inicios, así como elementos que fueron encontrados durante las excavaciones. En la parte de afuera uno de los lugares más importantes para ver es la cruz de color negro y moderna que está allí, que fue donada por la reina Isabel II en 1965.

Las ruinas de la abadía están sobre un extenso y hermoso campo de grama verde y árboles en los alrededores y el único edificio que se mantiene casi intacto de todo el complejo es también el más importante, que es la Capilla de Nuestra Señora, que fue consagrada en el año de 1189. En la puerta de este lugar se puede ver un portal principal que es muy hermoso y está decorado con varias figuras y diseños, que a pesar de que se han ido desvaneciendo con el tiempo, aún se puede ver cómo era originalmente.

Fotografías de Josep Renalias, NotFromUtrecht.