Mills End Park

Es el parque más chiquito del mundo, desde que en la década de los 70 del siglo pasado fuera reconocido como tal por el Libro Guinness de los Récords. Sin embargo, sus orígenes se remontan hasta los años 40 y lleva en el mismo emplazamiento desde 1948.

Apenas mide 0,3 metros cuadrados y está compuesto por un único arbolito. Fue plantado allí por un periodista que regresó de la Segunda Gran Guerra y, desde su ventana, veía un agujero en mitad de la carretera. Aquel agujero había sido practicado para insertar un poste de la luz que, sin embargo, no llegó a instalarse nunca.

Mills End Park

Cansado de ver el eterno agujero que le desesperaba tanto, salió y plantó un árbol pequeñito. Lo hizo un día de St. Patrick y se lo dedicó al patrón de Irlanda. Eso fue suficiente para que las musas inspiraran al articulista que, desde entonces, empezó a hablar del parque en sus escritos.

Lo bautizó como Mills Ends y afirmó que en él vivían viejos gnomos y duendecillos. Ahora el parque es famoso por servir de pista para carreras de caracoles.

Fotografías de Craig Dietrich, Piutus, brx0, 7263255.
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