Una riquísima imagen de Semana Santa

Ya sabéis que en este blog amamos todo lo que tenga que ver con los países que podemos visitar. De hecho la divulgación de las costumbres de las distintas Culturas nos resulta indispensable para conseguir conocer y respetar a todas las personas, sin prejuzgar por ninguna argumento.

Entre esas razones a las que aludimos se encuentra, por supuesto, la religión y lo cierto es que intentaremos también tocar recetas que conciernen a fiestas judías y musulmanas, pero ahora le toca el turno a los cristianos que, en estas fechas inician su Semana Santa.

Esta manifestación, celebrada por millones de personas en el mundo, también posee sus propias costumbres y tradiciones y la comida no se queda fuera de ese campo. Por ello continuamos con otra receta propia de estas fechas: El Potaje de Cuaresma o Potaje de Vigilia.

Sabido es el precepto eclesiástico que prohibe a los cristianos comer carne durante los viernes de Cuaresma y la semana de pasión. Esa prohibición no es asumida ya por muchas personas, sin embargo, las costumbres perviven llegando a unirse a las tradiciones.

Por ello, durante estas fechas se ha hecho “tradición” degustar el famoso Potaje de Cuaresma, unos “humildes” garbanzos adornados con algún que otro ingrediente pero, por supuesto, evitando cualquier derivado cárnico. El plato que en un principio pretendía paliar el hambre con ingredientes sencillos se terminó conviertiendo en un suculento “lujo” al alcance de todos.

Nazarenos españoles

Receta:

-1/2 kilo de garbanzos

-2 manojos de espinacas

-2 colas de bacalao

-6 dientes de ajo

-1 cebolla

-laurel, sal, perejil y aceite de oliva.

El plato es sencillo, pero necesita tiempo, puesto que el bacalo debe permanecer en remojo al menos dos días (durante los cuales cambiaremos varias veces el agua para que pierda la sal), los garbanzos la noche antes y el potaje se realiza de un día para el otro, que eso es lo que manda la tradición para comerlo “como Dios manda”.

Rehogamos los ajos, añadimos la cebolla y cuando esté confitada se salpimenta y se añade una ración generosa de agua. Añadimos los garbanzos, que deben quedar cubiertos y con el primer hervor se baja el fuego para que cueza a fuego lento.

Ahora es el momento de añadir el bacalao desmigado y las espinacas. Se puede adornar el plato con un cuarto de huevo cocido.

Fotografías de Yavidaxiu, Fernando, Tamorlan.
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