Esta vez a la segunda va la vencida y la ciudad de Córdoba, una de las capitales más bellas de Andalucía, ha conseguido que sus atractivos y típicos patios cordobeses hayan sido inscritos por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y cualquiera que haya paseado por las calles del centro de la Córdoba española y haya podido disfrutar del espectáculo multicolor y aromático que ofrecen sus casas-patio sabrán que el galardón es bien merecido.

Algo mágico posee esa Córdoba llena de embrujo, capital de los califas y sede de una de las mezquitas más importantes del mundo. Aquí, desde 1918 se celebra la Fiesta de los Patios, cada año al llegar la primavera. Miles de flores revientan de color, en macetas de barro, en parterres y enrejados, alrededor de las fuentes, colgadas de las paredes encaladas.

Desde tiempo de los romanos, el calor y la condiciones climáticas de la ciudad andaluza, acabaron por imponer un estilo arquitectónico que estructuraba las dependencias de las casas alrededor de un patio comunal. La tradición fue dando paso a la creatividad popular, que pugnaba en sanas lides por conseguir el patio mejor engalanado.

Hoy la Fiesta de los Patios, casi centenaria, sigue congregando cada año a miles de turistas que se desplazan para pasear por las calles de los viejos barrios cordobeses, adentrarse por el circuito de los patios engalanados y disfrutar de un espectáculo popular de lo más exótico y original.

Fotografías de Salvatore G2, Spacelives, Borya, Adam Jones, Ph.D. – Global Photo Archive, josemanuelpolonio, elaios 2008 y Javi S&M.
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