Hasta el próximo miércoles tienen de plazo todos los pueblos de Euskadi y Navarra para disfrutar de su carnaval-rural, una fiesta cargada de tradición e historia de ambas Comunidades del Estado Español.
En casi todas estas manifestaciones de origen pagano, el indiscutible protagonista es Miel Otxin, un enorme muñegote hecho con ropajes rellenos de paja, que en algunos casos alcanza los tres metros de alto. A él le hacen compañía brujas, carboneros, osos, apaleadores, bandidos, fantasmas…
Txatos y momotxorros, según qué pueblos, serán los encargados de ‘arremeter’ contra los asistentes al desfile. Para ello se armaran de palos, escobas y horquillas e intentan atemorizar al público con su corte de personajes fieros y fantasmagóricos.
Son muchos los lugares que celebran el carnaval-rural en el País Vasco y Navarra y algunos con tanto peso histórico que han sido declarados ‘Bien de Interés Cultural’, como el caso de los que perduran en Zubieta, Lantz o Ituren. Uno de los momentos más esperados de la fiesta es cuando los mozorrok, con su vestido tradicional en blanco, boina, faja y pañuelo rojos, bailan la zagi-dantza y azuzan a los carboneros.
