Nos vamos a Escocia, concretamente muy cerquita del Fiordo de Forth y con decir esto ya nos podemos ir haciendo una idea de la espectacularidad del paisaje natural con el que vamos a tropezarnos. De hecho, la Isla de May es parte del Patrimonio de Escocia, como Reserva Natural.

Los amantes de la naturaleza encuentran en esta serena y plácida isla un lugar inigualable para la observación de animales, sobre todo de aves marinas: frailecillos, cormoranes, golondrinas de mar… Aunque no podemos olvidarnos de unos simpáticos mamíferos, las focas. Ellas y sus crías hacen las delicias de cualquier observador.

Isle of May

Por supuesto todo está articulado alrededor de unas claras normativas de las que se encarga el Scottish Seabird Centre, que velan por el buen comportamiento de las visitas, con el fin de no perturbar la tranquilidad de los animales en su medio natural; lo que no significa que el observador sea siempre bien recibido por los anfitriones, que a veces expresan su deseo de intimidad picoteando a los turistas.

Otro de los atractivos singulares de la Isla de May está en su larga historia entroncada a los faros como guías para marinos y embarcaciones. De hecho, aún podemos obtener alguna fotografía memorable como la del faro edificado por el mismísimo Robert Stevenson, uno de los constructores de faros más importantes del mundo y el abuelo del autor de La Isla del Tesoro.

Fotografías de scott.presly.
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