Vista de la ciudad desde El Panecillo

El año ha empezado para la ciudad de Quito con la responsabilidad de representar a toda la nación latinoamericana en la misión de ser trasmisora de cultura. El título, que ha sido concedido por el Buró Internacional de Capitales Culturales, permitirá a la capital ecuatoriana difundir su inmenso legado, reconocido mundialmente. De hecho, Quito fue la primera ciudad del mundo, junto a Cracovia, en ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1978.

Lo cierto es que esta hermosa ciudad posee el casco histórico mejor conservado de toda la América Latina, con un legado arquitectónico de indudable valor. Ahora, como capitana de Latinoamérica, los habitantes de la ciudad confían en que 2011 se convierta en un proyector a nivel internacional de todo su patrimonio y el impacto mediático en el exterior sirva de reclamo para incrementar su valor turístico.

Por ello, los actos de su capitalidad los van a dividir en cuatro tramos. El primero de ellos llegará hasta el mes de marzo y será el de mayor difusión de la ciudad hacia el ámbito exterior y proponiendo una ciudad muy cosmopolita.

Penitente en la Procesión de Jesús del Gran Poder

La segunda parte se centrará en difundir el patrimonio  artístico y religioso de la Quito, tomando como fecha clave la celebración de la Semana Santa, en especial las procesiones de su Viernes Santo. Además, en estas fechas que irán de abril a mayo, se nombrarán oficialmente los Siete Tesoro de la Ciudad en atención al valor arquitectónico, patrimonial y cultural de los siete lugares más emblemáticos de la capital.

El tercer gran momento de los ecuatorianos llegará con los meses de julio a septiembre, en los que el turismo sostenible y la ciudad verde serán el centro de todos los esfuerzos: deportes de aventura, turismo de naturaleza, gestión de residuos, cambio climático, cuidado medioambiental…

Por último, la ciudad dedicará los últimos meses de su “reinado” a las costumbres y tradiciones, las artes populares, la gastronomía local quiteña, la cultura ancestral y las celebraciones del Día de Difuntos y de la Navidad. Durante un año, “la carita de dios”, como se conoce a la ciudad más cercana al sol va a brillar con toda la intensidad que se merece.

Fotografías de Cayambe, Martin St-Amant, Patomena y Magnus Manske.
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