Un bichito muy molesto

Una plaga de chinces ha hecho nido en la ciudad de Nueva York, obligando a cerrar Niketown, el establecimiento más emblemático de la marca deportiva Nike.

Y es que estos molestos insecto parecen haberse adueñado de la ciudad que nunca duerme y hasta tal punto preocupa la situación a las autoridades, que el Ayuntamiento de NY ha destinado una partida presupuestaria de $500.000 (casi 400.000€) para que un portal de internet y personal adecuado mantengan informados a los ciudadanos.

De esta manera, los políticos neoyorkinos intentan poner coto a la plaga, que se ha adueñado de buena parte de la ciudad y es que la infección ha alcanzado cotas desconocidas en el último medio siglo.

Así, los establecimientos hoteleros y los cines están siendo los más perjudicados al ser el lugar elegido por las chinches para anidar y proliferar. Desde los moteles a los hoteles más lujosos, todos parecen ser atacados con igual predilección. Además, los habitantes de NY están renunciando a acudir a los cines, muchos de ellos infectados, y están optando por abonarse al alquiler de películas online.

Hasta 3000 huevos por hembra

Y es que la chinche es un animal muy resistente a los insecticidas y una sola hembra puede llegar a reproducirse más de 3000 veces en los tres años que puede llegar a vivir. Suelen anidar en los pliegues de los colchones, en las esquinas de las mesitas de noche, en los recovecos de los cabeceros de cama y en las juntas de las butacas.

Muchas han sido las voces que han querido ver en esta “epidemia” un motivo más para condenar la inmigración y es que culpan a latinos y chinos de ser los causantes de traer consigo al insecto.

Sin embargo, al margen de los tintes xenófobos de tan absurda reflexión, los científicos han determinado que la causa bien podría ser el hecho de que cada vez se importen más muebles y tejidos procedentes de países en los que vive el dichoso bichito.

Por ahora, poco más se puede hacer y sólo hay que mostrarse precavido y mirar bien dónde vamos a sentarnos y a dormir, para no vernos expuestos a la picadura de la chinche.

Fotografías de Luis Miguel Bugallo Sánchez y Marco Ponepal.
Licencia Creative Commons y Public Domain
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