Un guerrero a caballo clava su lanza a un león y vence a la fiera, mientras un águila le sobrevuela y un perro corre siguiendo su estela. Bueno, tal vez no tendría nada de particular si no fuera porque este altorrelieve del medievo, está tallado en una pared de roca vertical, en un acantilado de más de un centenar de metros de altura.

Es el Caballero de Madara y se encuentra en Šumen, al norte de Bulgaria y, por si fuera poco mérito el hallarse en una localización tan extravagante, diremos que además es el único relieve gigantesco perteneciente a la Alta Edad Media de Europa.

La talla del espectacular caballero vencedor mide más de dos metros y medio de alto y lo encontramos dispuesto en la piedra a 23 metros de altura. Aún hoy el acceso resulta un tanto… difícil y peligroso y a las mentes inquietas que se acercan a contemplar esta reliquia del arte búlgaro, les gusta preguntarse cómo a alguien se le ocurrió tallar en ese lugar.

Sin embargo, con frecuencia olvidamos otros grandes hitos del hombre, a la hora de elegir sortear dificultades artísticas, arquitectónicas, esculturales… y aquí tenemos una muestra más que, durante años, se atribuyó a los tracios; más que nada por el sitio en el que se encuentra, con restos arqueológicos de más de tres milenios que apuntaban hacia esa dirección.

Estudios posteriores han llegado a la conclusión de que la representación podría personificar a jan búlgaro Tervel, un Khan protobúlgaro de finales del siglo VII y principios del VIII.

Fotografías de Cameltrader, Nikolov2010, Klearchos Kapoutsis, westher.
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