Lieja, que también es conocida como Liège y Luik, es una ciudad que está en la provincia del mismo nombre, en la región Valona, en el occidente de Bélgica. El centro histórico de esta ciudad, que está en la parte francoparlante del país, está compuesto por varias joyas arquitectónicas que vale la pena visitar, como lo es el Palacio de los Príncipes Obispos.

El palacio original estaba ubicado en el mismo lugar en el que está ahora, en la Plazoleta de St. Lambert, pero fue destruido por el fuego en la segunda mitad del siglo decimosegundo, en 1185. Y aunque después fue reconstruido casi inmediatamente, ese segundo palacio también fue destruido en el siglo decimoquinto, siendo el actual el que data de principios del siglo dieciséis.

El Palacio de los Príncipes Obispos de Lieja, que también es conocido como el Palacio Episcopal, fue mandado a construir por el obispo Erard de la Marck, quien contrató al arquitecto Arnold van Mulchen, quién también hizo la Basílica de San Marín y la Iglesia de Santiago, y se terminó a finales del siglo, con una hermosa combinación entre elementos del Renacimiento Italiano y del gótico.

En el exterior de esta edificación los visitantes pueden ver unas fachadas hermosas que tienen detalles de cada uno de sus estilos arquitectónicos. En su interior hay dos patios, siendo el más grande el más hermoso, además de que está abierto a los visitantes todos los días, y que tiene sesenta columnas que tienen unos patrones diferentes cada uno, además de figuras típicas del Renacimiento como bufones y máscaras.

Fotografías de Flikkesteph, Jean Housen, Promeneuse7, Jean-Pol GRANDMONT.